Una señora, con su hijito de 4 años, están comiendo en> un restaurante.- En un descuido, el chico mete una moneda en su boca y se atraganta. La madre intenta hacerle escupir la moneda golpeándole> la espalda, dándole palmadas en el cuello, sacudiéndolo, sin éxito. El chico ya comienza a dar muestras de asfixia y la> madre, desesperada, pide ayuda a los gritos. Un señor se levanta de una mesa cercana, y con pasmosa tranquilidad sin decir palabra alguna, le baja los pantalones a la criatura, toma sus pequeños> testículos, los aprieta con fuerza, y tira hacia abajo violentamente. Al mismo tiempo, le mete el dedo mayor en el culo sin anestesia. Automáticamente, el niño -ante el dolor irresistible- escupe la moneda, y el señor, con la misma pasmosa tranquilidad con la que se acercó, regresa a su mesa> sin decir palabra. Al rato, la señora, ya tranquilizada, se acerca para> agradecerle que haya salvado la vida a su hijo, y le pregunta: - ¿Usted es médico? - No, señora, no soy médico......, soy de la AFIP
Hace 14 años
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